Reseñas breves [161 - 163]

jueves, 6 de abril de 2017



Título original: The Last Days of New Paris
Traducción: Silvia Schettin
Año: 2016
Editorial: Ediciones B
Páginas: 240
Valoración: ★★


A pesar de ser uno de los autores más estimulantes e innovadores que se pueden encontrar actualmente en la literatura de género, China Miéville ha tardado lo suyo en encontrar un hueco dentro del mercado español. Sin embargo, ahora que Ediciones B ha apadrinado su obra, nos llega por fin uno de sus últimos trabajos, una delirante ucronía ambientada en una Segunda Guerra Mundial alternativa donde los terrores más abyectos cobran forma y caminan a sus anchas por las calles de París. De Nueva París. 

Y es que Miéville sigue empeñado en reformular nuestro concepto de lo que significa una urbe. UnLunDun, Embassytown, La ciudad y la ciudad... no es la primera vez ni será la última que el escritor británico retuerce la realidad cosmopolita a través de su espejo deformante. Miéville es experto en forjar reflejos fantásticos donde las dimensiones se comban y dan origen a impresionantes estructuras surrealistas. Todo lo que cabe imaginar está al alcance de este libro, desde bestias mecanizadas hasta grotescas cabezas andantes: un auténtico universo de posibilidades que despierta fascinación y horror a partes iguales. 

Sin embargo, la originalidad y atrevimiento de su propuesta se ve lastrada por un arco narrativo no demasiado destacable. Dividida en dos líneas temporales que se interrumpen mutuamente sin llegar a un acuerdo sobre su utilidad, la trama de Los últimos días de Nueva París —a caballo entre el thriller bélico y el más puro vanguardismo conceptual— no termina de arrancar en ningún momento, salvo para ofrecer un final bastante sórdido aunque eficaz. Para colmo, el recurso de concluir la historia con una suerte de «manuscrito encontrado» (pasado por el filtro de Miéville, por supuesto) tampoco me ha entusiasmado. Me parece, de hecho, bastante prescindible. No así la prolija cantidad de notas que acompañan al texto en forma de apéndice donde se detalla de dónde provienen todas y cada una de las ideas que han inspirado las surrealistas manifestaciones de Miéville. Aún así, no se puede negar que Los últimos días de Nueva París es una novela atípica, valiente y arriesgada. Pero no se encuentra, ni de lejos, entre las mejores obras de su autor.




Título original: The Pure Gold Baby
Traducción: Antonio Rivero Taravillo
Año: 2013
Editorial: Sexto Piso
Páginas: 296
Valoración: ★★


Esta novela ha sido un descubrimiento muy grato. Una historia emotiva sin ser sensiblera que se aventura en regiones poco exploradas de la experiencia femenina. Particularmente, en lo relativo a la maternidad y su, en ocasiones, quebrantador yugo. La protagonista es una antropóloga frustrada que, tras mantener una relación adúltera con un profesor universitario, decide cuidar ella sola de su hija, una niña que necesita constantes cuidados debido a sus dificultades cognitivas. Una niña suspendida en el tiempo. Una niña de oro puro.

Ambientada en la convulsa década de los 60, La niña de oro puro da buena cuenta de la coyuntura política y social del momento y de cómo las mujeres se veían apartadas del ejercicio profesional por culpa de sus responsabilidades familiares. Narrada a través de una amiga cercana de la protagonista, la maravillosa historia que entreteje Margaret Drabble nos llega a través de filtros, suposiciones y conjeturas que, no obstante, desprenden una sobrecogedora autenticidad. No solo acierta Margaret Drabble en su conmovedora y respetuosa representación de las personas con discapacidades mentales, sino que elabora alrededor de dicha circunstancia una trama repleta de reflexiones brillantes y personajes llenos de vida que no se amoldan en absoluto a las convenciones. Sin duda, una novela fantástica que no deberíais perderos.




Título original: Nutshell
Traducción: Jaime Zulaika
Año: 2016
Editorial: Anagrama
Páginas: 224
Valoración: ★★★☆


Tras un buen puñado de novelas siempre satisfactorias, Ian McEwan se ha convertido para mí en símbolo de calidad, en una especie de garantía literaria. Sin importar los arriesgados giros de guión, las piruetas conceptuales ni los saltos al vacío que McEwan realice en sus novelas, él siempre cae de pie. Su último atrevimiento consiste en una fascinante revisión del clásico de Shakespeare Hamlet, donde el narrador, un feto que nos habla desde el vientre materno, se convierte en testigo involuntario de cómo su madre y su mediocre tío, que mantienen una aventura, planean envenenar a su padre. 

El pequeño y ultrajado príncipe, destronado antes de nacer, es una de las voces más inesperadamente divertidas que he tenido el placer de leer en mucho tiempo, además de las mejor trabajadas. Debatiéndose ente los sentimientos encontrados de dependencia y repulsa que le suscita el cordón umbilical, el protagonista encarrila la historia a través de sofisticados soliloquios que ofrecen una visión catastrofista de nuestra sociedad y del futuro que le espera. Teñida de ese característico humor británico y de una constante sensación de intriga, Cáscara de nuez constituye una lectura amena, inteligente, repleta de sorprendentes virajes y, por ende, bastante recomendable.


4 comentarios :

  1. ¡Hola!

    La primera que comentas me llama mucho, sobre todo por la cubierta, tan oscura... No he leído nada del autor, pero lo apunto en mi lista de lecturas pendietes. Creo que me gustara :)

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  2. ¡Hola! Qué pena la de Miéville, esta es la que menos me llama la atención de las que están en español. Tengo muchas ganas de probar la de Calle Perdido, pero entre la atención que necesita y lo gorda y lo cara que es... esperaré un tiempo para leerla de mi biblioteca. Por cierto, ¿la vas a leer?
    Me apunto el de La niña de oro puro.
    ¡Un saludo!
    E.

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  3. Yo ya había leido en algún lado que la última de Mieville no estaba a la altura, pero bueno cuando un autor tiene una carrera prolífica es normal que alguna novela tenga una nivel algo más bajo.
    Lo bueno es que Nova está rescatando las novelas anteriores descatalogadas y publicando las nuevas, porque no podía ser que una autor de cifi tan importante no tuviera casi presencia en el mercado español.
    Yo tendré pronto La estación de la calle perdido y si me gusta completaré la trilogía (que ya he visto que Nova va a publicar también las otras dos). Las portados son estupendas con un diseño muy atractivo.
    En cuanto a McEwan, no entiendo porque su nombre no suena más para el Nobel, yo de momento voy a seguir leyéndome novelas suyas anteriores (aunque esta última tiene muy buena pinta). Lo estupendo de McEwan es que toda su obra está disponible (y en bolsillo además)

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  4. Hola :) Pues tengo la de Miéville on the pila, caéra pronto, pero me dan miedito algunas reseñas. Tengo que ir con la cabeza preparada para que me la vuelen. Un abrazo^^

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