Reseñas breves [76-79]

jueves, 26 de febrero de 2015

Lo que dijo Harriet, Beryl Bainbridge
Impedimenta - 240 páginas - ★★½

Existe una etapa en el período de crecimiento humano que parece ser propicia para la maquinación de fechorías y travesuras varias. Una tendencia, en muchos casos resulta hasta perturbadora, que suele alcanzar cotas delictivas cuando se tiene la suerte de poseer un compañero de juegos dispuesto a convertirse en tu cómplice silencioso. Sin ir más lejos, las dos jóvenes protagonistas de Lo que dijo Harriet obedecen a este siniestro perfil psicológico que resulta de circunscribir a la esfera adolescente comportamientos y ambiciones propios de edades más tardías. En efecto, el amor no es un pasatiempo apto para todos los públicos, pero no nos debemos de extrañar si la anónima narradora que pone voz a la novela de Beryl Bainbridge describe y analiza con impropia minuciosidad la magnitud de sus más oscuros anhelos. Cual núbiles lolitas de aspecto cándido, pero sin una pizca de escrúpulos en realidad, ella y su manipuladora amiga Harriet pasarán unas inolvidables vacaciones de verano trazando el mapa de su sexualidad floreciente; un plan cuya consecución exitosa pasa por embelesar a un infeliz hombre casado al que apodan el Zar y hacerle sucumbir ante sus recién descubiertos encantos. Dicho así, pudiera parecer que estamos ante una historia cuando menos rocambolesca, impúdica y provocativa, pero lo cierto es que esta novela, basada en un caso real que conmocionó a la sociedad inglesa de su época, no ha conseguido transmitirme ese carácter transgresor y subversivo que en principio prometía. La perversa y venenosa relación que existe entre amabas protagonistas es sin duda lo mejor de una obra que destaca sobre todo por su lenguaje refinado y su exquisita capacidad de insinuación, más bien que por su discutible repulsividad. No obstante, me ha gustado leerla, tiene momentos realmente brillantes por los que merece recibir una oportunidad.


Las buenas intenciones, Amity Gaige
Salamandra - 288 páginas - ★★★

Aunque trata temas complicados y de difícil aproximación, esta estupenda novela de Amity Gaige ha sabido transmitirme muy buenas sensaciones durante su lectura. La escritora norteamericana nos sitúa en Las buenas intenciones en la piel de un hombre llamado Eric Kennedy que, ya desde la cárcel, le escribe un larga confesión a su exmujer relatando los motivos que le llevaron a secuestrar a la hija de ambos, de solo seis años, y emprender con ella un último viaje desesperado con el que saciar su instintivo sentido protector. Además de eso, la novela contiene numerosos episodios de la vida de Kennedy que ayudan enormemente a explicar su, en ocasiones, incomprensible comportamiento, su disociación con los valores norteamericanos tradicionales, sus profundos problemas de identidad y el inevitable decaimiento de su relación con Laura, la madre de su hija; todo ello a través de un sugerente juego narrativo donde entran en acción los maleables recuerdos de su protagonista. Emotiva, evocadora, sincera, apasionada... Las buenas intenciones se debate entre un entrañable tono paternalista y otro más mordaz y cáustico, idóneo para cuando su protagonista afila la lengua en materia de tectónica familiar. Sin embargo, en ambos casos Amity Gaige sabe sacar lo mejor de una historia simple, cotidiana hasta la médula y que podría haberse quedado en la más absoluta mediocridad, para ofrecernos en lugar de eso una novela sólida, madura, en la que merece la pena invertir unas cuantas horas. Yo lo hice y la verdad es que me ha dejado bastante satisfecho.


Ritos funerarios, Hannah Kent
Alba Editorial - 368 páginas - ★★★

Inspirándose en la historia real de Agnes Magnúsdóttir, la última mujer que fue ejecutada en Islandia allá por el siglo XIX acusada de participar en un doble homicidio, Hannah Kent ha escrito una novela realmente descorazonadora que vira hacia el lado más inhóspito y sombrío de la naturaleza humana. Brillante y tétrica a partes iguales, Ritos funerarios supone una reconstrucción ficticia (pero muy bien documentada) de los últimos días de la vida de Agnes, gracias a la cual podremos conocer de primera mano el angustioso y opresivo rechazo del que era objeto por parte de sus inmisericordes coetáneos, así como los recurrentes remordimientos que atormentaban su conciencia. Por otro lado, la novela narra los ímprobos esfuerzos de un joven sacerdote que se ha propuesto ayudar a Agnes a alcanzar el arrepentimiento a través de estériles conversaciones de índole espiritual. Sin embargo, como poco a poco iremos aprendiendo, no es Agnes la más interesada en evitar un hipotético tormento eterno, sino que esta mujer apasionada y tozuda a partes iguales prefiere comprender y aceptar el dolor actual. En ese sentido, Ritos funerarios constituye una soberbia reflexión sobre temas como la muerte, el sentimiento de culpa o la salvación del alma. Una obra lírica, arriesgada (no todas las partes de la novela son igual de exitosas) y repleta de matices que logra conservar en todo momento la inconfundible huella de su personalidad nórdica, además de penetrar en el interior de sus personajes hasta las capas más profundas, tal y como se adentra la escarcha por los serpentinos resquicios de un terreno agrietado. Bastante entretenida y recomendable.


Nobles y rebeldes, Jessica Mitford
Libros del Asteroide - 318 páginas - ★★★½

Para quien a estas alturas aún no lo sepa, la extremadamente peculiar familia Mitford constituía a principios del siglo pasado uno de las clanes aristocráticos más influyentes y respetados del establishment británico, un reputado linaje no exento de ciertas tribulaciones que llegó a ocupar largos reportajes en las crónicas de sociedad y a ser reconocido en terreno internacional por los espectaculares escándalos que protagonizaban sus irreverentes hijas. En Nobles y rebeldes, es la propia Jessica Mitford (quinta en orden de prioridad) quien nos cuenta a modo de memorias sus entrañables años de niñez y adolescencia en el seno de tan excéntrica familia. La camaleónica relación que mantenía con cada una de sus hermanas, su enconado desprecio hacia un sistema de educación arcaico, anquilosado y retrógrado que dejaba el progreso académico muy lejos del alcance de las mujeres o su apasionante entrada y posterior ascenso en la escala social inglesa son solo algunos de los temas que Jessica aborda en su libro desde una perspectiva fascinante, irónica y por momentos desternillante. Sin llegar en ningún punto a resultar abrumador, Nobles y rebeldes también ejerce un inevitable repaso al efervescente mapa político que se estaba gestando durante los convulsos años previos a la Segunda Guerra Mundial y describe el modo en que los distintos miembros de la familia se vieron obligados a adoptar ciertas medidas estratégicas en función de si su ideología era afín o no al imparable ascenso del régimen nazi. Pero, sin duda, lo mejor de esta maravillosa obra (si bien a partir de la segunda mitad pierde un poco de su lustre inicial) es dejarse hipnotizar por la cadenciosa voz de Jessica Mitford, el arrebatador desparpajo con el que ridiculizaba todo tipo de convenciones y normas de protocolo, y disfrutar con la gran cantidad de experiencias y anécdotas únicas que experimentó en sus primeros años de vida. O en otras palabras: ya estáis tardando en haceros con él.



Novedades libros: marzo 2015

miércoles, 25 de febrero de 2015

El ojo fragmentado, Brent Weeks
Fantascy - 19 de marzo - 992 páginas
Mientras los viejos dioses empiezan a desperezarse y las satrapías se fracturan, la Cromería lucha a contrarreloj por encontrar al Prisma perdido, el único hombre capaz de detener la catástrofe. Pero Gavin Guile ha sido apresado por un viejo enemigo y ahora es esclavo en una galera pirata. Y, lo que es todavía peor, ya no cuenta con la única cosa que lo definía como Prisma: la capacidad mágica de trazar.
Sin la protección de su padre, Kip Guile tendrá que enfrentarse él solo a un maestro de las sombras, al tiempo que su maquiavélico abuelo empieza a ponerlo todo en marcha para escoger a un nuevo Prisma y subir al poder. Con la ayuda de Teia y Karris, Kip deberá emplear todo su ingenio para sobrevivir a una guerra secreta entre casas nobles, facciones religiosas, rebeldes y una orden de asesinos ocultos en auge, el Ojo Fragmentado.
Todas las hadas del reino, Laura Gallego
Montena - 12 de marzo - 480 páginas
Camelia es un hada madrina que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable...
Una mujer de recursos, Elizabeth Forsythe Hailey
Libros del Asteroide - 9 de marzo - 336 páginas
A comienzos del siglo xx, cuando la independencia de las mujeres era muy relativa, Bess Gardner es ya una mujer de recursos: una joven llena de voluntad y ambición que, además, acaba de recibir una pequeña herencia. La novela narra la vida de Bess desde principios de siglo hasta la década de los sesenta. La historia se cuenta a través de la correspondencia de la protagonista, de las cartas, telegramas y notas que Bess va escribiendo a distintos destinatarios a lo largo de los años. En estos
escritos descubrimos a Bess mientras soporta los golpes y las alegrías de la vida con una valentía inquebrantable y un espíritu indómito; su correspondencia nos va revelando los sacrificios que el amor le exige de vez en cuando, los problemas y las recompensas del matrimonio, las complejas relaciones con sus hijos y, sobre todo, su clara voluntad de desafiar a su entorno social, que le exige constantemente que se someta a sus convenciones. 
La Templanza, María Dueñas
Planeta - 19 de marzo - 515 páginas
Nada hacía suponer a Mauro Larrea que la fortuna que levantó tras años de tesón y arrojo se le derrumbaría con un estrepitoso revés. Ahogado por las deudas y la incertidumbre, apuesta sus últimos recursos en una temeraria jugada que abre ante él la oportunidad de resurgir. Hasta que la perturbadora Soledad Montalvo, esposa de un marchante de vinos londinense, entra en su vida envuelta en claroscuros para arrastrarle a un porvenir que jamás sospechó.
De la joven república mexicana a la espléndida Habana colonial; de las Antillas al Jerez de la segunda mitad del XIX, cuando el comercio de sus vinos con Inglaterra convirtió la ciudad andaluza en un enclave cosmopolita y legendario. Por todos estos escenarios transita La Templanza, una novela que habla de glorias y derrotas, de minas de plata, intrigas de familia, viñas, bodegas y ciudades soberbias cuyo esplendor se desvaneció en el tiempo. Una historia de coraje ante las adversidades y de un destino alterado para siempre por la fuerza de una pasión.
Mi karma y yo, Marian Keyes
Plaza & Janés - 26 de marzo - 560 páginas
Stella Sweeney lleva una vida muy normal en Dublín con su marido y sus dos hijos. Un día, en medio de un atasco en la carretera, intenta hacer una buena obra para mejorar su karma… Pero lo que consigue es provocar un accidente que dejará su coche hecho añicos y que, de paso, le cambiará la vida. A partir de entonces, los acontecimientos más inesperados y extraordinarios se suceden y llevarán a Stella muy, muy lejos de su antigua existencia, hasta convertir a esa mujer tan corriente en una superestrella. Y todo de la mano de un médico muy atractivo. ¿Ha sido el azar, el destino o el karma? Por primera vez en la vida de Stella, la verdadera felicidad está a su alcance. Pero ¿está preparada para atraparla?
Hombres sin mujeres, Haruki Murakami
Tusquets - 3 de marzo - 272 páginas
En su obra más reciente, Haruki Murakami ofrece a los lectores siete relatos en torno al aislamiento y la soledad que preceden o siguen a la relación amorosa: hombres que han perdido a una mujer, o cuya relación ha estado marcada por el desencuentro, asisten inermes al regreso de los fantasmas del pasado, viven el enamoramiento como una enfermedad letal, son incapaces de establecer una comunicación plena con la pareja, o ven extrañamente interrumpida su historia de amor. Otros experimentan atormentados amores no correspondidos o, incluso, como en el relato protagonizado por una metamorfosis kafkiana, desconocen todavía los mecanismos del afecto y del sexo. Sin embargo, las verdaderas protagonistas de estos relatos -llenos de guiños a los Beatles, el jazz, Kafka, Las mil y una noches o, en el caso del título, Hemingway-, son ellas, las mujeres, que, misteriosas, irrumpen en la vida de los hombres para desaparecer, dejando una huella imborrable en la vida de aquellos que las han amado, o de los que, al menos, intentaron amarlas.
El gusano de seda, Robert Galbraith
Salamandra - 18 de marzo - 544 páginas
Cuando el escritor Owen Quine desaparece, su mujer convoca al detective Cormoran Strike. En un primer momento, ella cree que se ha ido a pasar unos días en solitario —tal como ha hecho en otras ocasiones— y da instrucciones al detective para que lo encuentre y lo lleve de vuelta a casa. Pero, a medida que Strike investiga, se pone de relieve que la desaparición de Quine esconde más de lo que su esposa cree. Poco antes, el novelista había acabado un manuscrito que contiene retratos envenenados de casi todos sus conocidos. Si esa novela llegara a publicarse, arruinaría vidas, por lo que habría muchas personas interesadas en impedirlo. Cuando aparece el cadáver de Quine, que ha sido brutalmente asesinado en circunstancias muy extrañas, la investigación se convierte en una carrera contrarreloj para descubrir las motivaciones de un asesino sin escrúpulos, muy distinto de los que Strike ha conocido hasta entonces...
El misterio de la mosca dorada, Edmund Crispin
Impedimenta - 2 de marzo - 336 páginas
Las compañías de teatro suelen ser siempre un hervidero de habladurías. Pero pocas son tan intrigantes como la que se encuentra actuando en estos momentos en Oxford. La joven y letal Yseut, actriz algo mediocre y maliciosa, es el centro de todas las miradas, aunque su principal talento consiste en destrozar las vidas de los hombres que la rodean. Hasta que es hallada muerta en extrañas circunstancias. Por fortuna, entre bastidores se encuentra el excéntrico profesor Gervase Fen, quien halla mayor placer en resolver crímenes que en enseñar literatura inglesa. Y cuanto más investiga el caso, más cuenta se da de que todo aquel que conocía a Yseut habría sido candidato a asesinarla; pero ¿será capaz Fen de descubrir quién lo hizo en realidad? El cadáver de la joven ha dejado una pista reveladora: una reproducción de un extraño anillo en forma de mosca dorada.
Perfidia, James Ellroy
Literatura Random House - 26 de marzo - 768 páginas
Los Ángeles, 6 de diciembre de 1941: Estados Unidos se encuentra al borde de la Segunda Guerra Mundial. La noche anterior al ataque japonés de Pearl Harbor y en una escalada creciente de rencor hacia los japoneses, los cuerpos de una familia de clase media nipona son hallados sin vida en su hogar. Todo parece indicar que la familia Watanabe se ha suicidado a través del ritual del Seppuku, pero hay otros indicios que apuntan al asesinato.
El departamento de policía de Los Ángeles sospecha que detrás de estas muertes se esconde una trama relacionada con el ataque a Pearl Harbor y la existencia de una quinta columna japonesa. A nivel político, el caso se convierte en la patata caliente del descontrolado y corrupto departamento de policía que, a su vez, se encuentra asediado por un faccionalismo casi feudal y al cual el FBI investiga a través de un sistema de escuchas secretas. La guerra y el caso Watanabe pone patas arriba una ciudad donde reinan el caos, las largas colas de reclutas voluntarios, los cortes de luz y las redadas contra la población americana de origen japonés. 
Paranoia, Franck Thilliez
Destino - 17 de marzo - 460 páginas
Ilan sigue sin recuperase de la pérdida de sus padres, fallecidos en extrañas circunstancias. Una mañana reaparece en París Chloé, su expareja, quien le propone embarcarse en una aventura a la que no podrá negarse. Nueve personas encerradas en un antiguo complejo psiquiátrico aislado en plena montaña. De repente, una a una empiezan a desaparecer. Encuentran un primer cuerpo. Asesinado. Se desata la Paranoia.
Instinto primario, Gregg Hurwitz
Ediciones B - 18 de marzo - 408 páginas
Eve Hardaway, madre soltera reciente de un niño, ha emprendido el viaje con el que soñaba: una excursión en canoa y a pie a través de las selvas y montañas de Oaxaca, en el sur de México. En cierto momento, Eve se aparta del grupo de excursionistas porque algo ha llamado su atención: una casa distante en cuyo patio trasero un hombre de aspecto amenazador está lanzando machetes contra un blanco de forma humana. Turbada y desconcertada, Eve se apresura a regresar al sendero, procurando no ser vista.
De pronto, una gran tormenta borra del mapa los caminos e impide toda comunicación con el mundo exterior. El grupo de excursionistas queda atrapado en la selva, junto con un peligroso predador que alberga un secreto que debe proteger, y que sabe que alguien ha estado husmeando alrededor de su casa. El único recurso que le quedará a Eve será su determinación de seguir con vida…
Lo contrario de la soledad, Marina Keegan
Alpha Decay - 30 de marzo - 208 páginas
La celebridad de Marina Keegan iba en aumento cuando, en mayo de 2012, se graduó magna cum laude en Yale. Una obra de teatro suya iba a estrenarse en el International Fringe Festival de Nueva York, y tenía un trabajo esperándola en la revista The New Yorker. Sin embargo, cinco días después de graduarse, Marina murió trágicamente en un accidente de coche. Mientras su familia, amigos y compañeros, rotos de dolor, se reunían para celebrar su funeral, el último artículo que escribió para el Yale Daily News, el inolvidable «Lo contrario de la soledad», se hizo viral y recibió casi un millón y medio de visitas.
A pesar de que sólo contaba veintidós años cuando murió, Marina dejó un valioso tesoro en forma de prosa que, como en su artículo de cabecera, refleja las esperanzas, las incertidumbres y las posibilidades de su generación. Lo contrario de la soledad es un compendio de los artículos y relatos de Marina que expresa la lucha universal a la que todos nos enfrentamos cuando nos planteamos cuáles son nuestras aspiraciones y cómo encauzar nuestro talento para provocar un impacto en el resto del mundo.
La luz que no puedes ver, Anthony Doerr
Suma de letras - 26 de marzo - 600 páginas
Marie-Laure es una joven ciega que debe refugiarse con su padre en la ciudad de Saint-Malo después de que los nazis ocupen París. Werner es un muchacho huérfano criado en un pueblo minero de Alemania con un talento especial para construir y arreglar radios que no ha pasado desapercibido a las Juventudes Hitlerianas.
En la última noche antes de la liberación de Saint-Malo los caminos de Werner y Marie-Laure se cruzarán cambiando sus vidas para siempre.
Destinados a ser enemigos naturales y obligados a crecer entre la destrucción, los inolvidables protagonistas de La luz que no puedes ver se convertirán en pequeños héroes cuya inocencia vencerá incluso a la guerra.

Reseña "Todos nuestros nombres"

martes, 24 de febrero de 2015

Título: Todos nuestros nombres
Autor: Dinaw Mengestu
Año: 2015
Editorial: Lumen
Páginas: 304
Precio: 19.90 €

Cuenta la leyenda que en el momento de la creación, todos los seres y las cosas recibieron un nombre, y eso nos define, nos distingue frente a los demás. Tomar el nombre de otro y ponérselo como un traje prestado cambia la idea de lo que somos y hacemos. Un joven creció en Uganda a principios de los años 70 del siglo pasado, y en la universidad de Kampala aprendió a leer a los clásicos, pero también a usar armas para luchar a favor de la libertad de África. Muy pronto la protesta se trasladó a las calles de la ciudad, y los ojos de este hombre discreto, que amaba los libros, se enfrentaron al horror. Había que huir, dejando atrás una vida y un nombre. Así fue cómo un buen día apareció Isaac en una pequeña ciudad del Medio Oeste americano como estudiante invitado, y Helen fue la trabajadora social encargada de enseñarle las costumbres del lugar. Con pocas palabras y muchas caricias los dos crearon un mundo propio, desafiando las convenciones, pero ¿quién era realmente Isaac? 


Resulta curioso que uno de los momentos más importantes en la vida de un individuo se produzca sin que este tenga conciencia de ello ni posibilidad de participar en él. Venimos al mundo con un nombre ya puesto, una azarosa etiqueta en el bastidor de nuestra identidad que en la mayoría de casos marcará para siempre un sendero inalterable y bien delimitado. ¿O acaso nunca os habéis preguntado cuán diferente habría sido vuestra vida de haber nacido con otro conjunto de letras impreso en el carnet? En efecto, los nombres son depositarios de un gran poder. Sin embargo, los personajes a los que Dinaw Mengestu da vida en esta novela son capaces de desprenderse del suyo propio como si se tratase de una piel muerta. Y es que en medio de una turbulenta tesitura política que está abocada a detonar una guerra, transformar la imagen que los demás tienen de ti se convierte en un acto revolucionario y vital. Sin que eso suponga, claro está, olvidar por un solo segundo quién eres. Ni adónde vas. Porque, sí, es cierto: los nombres nos distinguen, nos diferencian, nos delimitan. Pero son las cicatrices las que en última instancia nos definen.

Así pues, a la hora de abordar la novela de Mengestu, lo primero que nos encontramos es a un protagonista anónimo y de origen ugandés que describe sus primeras experiencias en la universidad de la capital durante la década de los setenta. Acompañado en todo momento por su amigo y mentor ideológico Isaac (o al menos así es como se hace llamar), el provocativo activismo social que ambos practican en torno a la vida del campus dará paso a un convencimiento afianzado de que la única vía posible para lograr la liberación de Uganda -o el utópico sueño de un sistema panafricano- es por medio de las armas. De forma paralela, aunque más avanzada en el tiempo, conoceremos la historia de Helen, una trabajadora social del Medio Oeste norteamericano que se encargará de introducir en las costumbres del lugar a un joven refugiado, también llamado Isaac... y del que se acabará enamorando. Lo cierto es que es precisamente el desarrollo de esta problemática historia amorosa entre Helen e Isaac lo que más despertaba mi atención al principio de la novela, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de prejuicios que tenían que vencer durante una época en la que la segregación racial continuaba siendo una realidad incómoda. Me gusta cómo Mengestu consigue mostrar la difícil relación entre ambos personajes (repleta de ausencias, equívocos y lagunas culturales) de un modo que huye de sensiblerías y de un tono complaciente, pero sin perder la intimidad, la melancolía y el enfoque reflexivo del que goza la narración. Por desgracia, hay otros aspectos de la misma en la que el escritor etíope no consigue brillar con tanta intensidad; y es, ni más ni menos, que en el retrato que hace de Isaac como joven inmigrante que siente añoranza por su país y todas las cosas que deja atrás; de cómo logra (o no) sobreponerse a la pérdida de su familia, sus amigos e incluso de su propia identidad aun a pesar de todos los abusos sufridos. No me ha parecido creíble, o al menos la historia no proporciona el bagaje necesario para que resulte verosímil. Mucho más interesante me ha parecido descubrir la forma en que los diversos movimientos de origen popular que encabezaban todas estas revueltas bélicas terminan volviéndose contra sus auténticos propósitos por culpa de la ambición, la desconfianza o la inestabilidad del propio Estado.

Aun siendo una historia entretenida, lo cierto es que Todos nuestros nombres es una obra que se adscribe a un género -o temática, mejor dicho- que gana cada vez más adeptos, y es por eso que la titánica empresa de hacerse destacar entre el maremoto de novelas similares que inundan las librerías se hace bastante complicada. Eso no le quita al autor el mérito de haber creado una novela delicada y profunda, bien escrita y que trata temas de indudable complejidad desde una perspectiva cruda e intensa, añadiendo una nota de misterio que deviene en averiguar la verdadera identidad del tal Isaac. Pero, desafortunadamente, la propuesta de Dinaw Mengestu no ha conseguido sobrepasar para mí la categoría de 'simple entretenimiento'. Lo cual, dicho sea de paso, no es un logro nada despreciable. 



Reseña "F"

viernes, 20 de febrero de 2015

Título: F
Autor: Daniel Kehlmann
► Año: 2015
Editorial: Literatura Random House
Páginas: 256
Precio: 18.90 €

A Arthur Friedland le gustaría ser escritor, pero siempre ha sido demasiado cobarde para intentarlo siquiera. Una tarde decide llevar a sus tres hijos al espectáculo del gran Lindemann, un maestro del hipnotismo. A pesar de que Arthur siempre se ha creído inmune a este tipo de prácticas, el mago logra que revele sus sueños más ocultos, y esa misma noche Arthur coge su pasaporte, vacía su cuenta bancaria y abandona a su familia para convertirse en un autor de éxito. ¿Y qué ocurre con los tres hijos? Martin, un cura sin vocación, vive atrapado en su obesidad, mientras Eric, un financiero turbio, se enfrenta a la ruina al tiempo que pierde contacto con la realidad. Iwan, por último, destinado a ser un célebre pintor, está a punto de convertirse en un fraude magistral. Anclados en sus opciones de vida, los tres verán cómo, al inaugurarse el verano de la crisis financiera global, sus destinos se vuelven a cruzar. F es una tragicomedia deslumbrante, compleja y misteriosa, acerca de tres hermanos y su declive moral. Una historia fascinante que encierra una profunda reflexión existencial en torno a la verdad, el engaño, la familia, la fe y el terrible poder del destino.


Familia. Fraternidad. Fe. Fraude. Ficción. Nunca antes una novela se había prestado a tan extraña y enigmática aliteración. Pero es que, oh, amigos, nunca antes había tenido el placer de leer una novela como esta. La última y aclamada obra del escritor alemán Daniel Kehlmann es una de las experiencias más incomprensiblemente cautivadoras que han pasado por mis manos en las últimas semanas, y creedme cuando os digo que tengo algo de veteranía en eso de leer historias que se salen de lo común. Quizá sea el sugerente planteamiento que nos propone Kehlmann, el de un frustrado aspirante a escritor llamado Arthur Friedland cuya idea de hacer algo divertido en familia consiste en acompañar a sus tres hijos (nacidos de dos madres diferentes) a una rocambolesca sesión de hipnosis que cambiará para siempre la vida de sus espectadores. Quizá sea el delicioso tono tragicómico que inviste a la narración, un punzante e irreverente sentido del humor que sale a relucir en momentos donde pudiera ser más prudente guardar un silencio reflexivo. O puede que no sea nada de lo anterior, que el motivo principal por el que me ha gustado tanto esta pequeña genialidad es su marcado carácter metaliterario y la pasmosa maestría del autor a la hora de introducir profundas cuestiones de índole filosófica en medio de un libro que resulta ameno y accesible para un lector lego en este tipo de materias. 

Sin importar cuál sea la causa determinante, lo cierto es que F, aun siendo una lectura poco convencional y de escurridiza definición, es una novela que me ha gustado mucho de principio a fin. Describe la paradójica existencia de tres personajes (los tres hermanos mencionados anteriormente, solo que ya crecidos) marcados por la temprana y repentina desaparición de un padre que alcanzó la prominencia deseada escribiendo una obra que niega de manera nihilista la validez de la conciencia humana y hasta es capaz de poner en entredicho la existencia de quien la lee. Martin, el mayor de ellos, se ha convertido en un sacerdote obeso adicto a la comida, aficionado además a resolver cubos de Rubik, que desprende un descreimiento ofensivo y que renuncia a las doctrinas elementales de su propia religión. Eric e Iwan son dos gemelos, uno dedicado al mundo de las finanzas y otro al de las bellas artes, que comparten sin embargo una poderosa conexión mental y el gusto por desempeñar su trabajo de manera fraudulenta. Y así, sobrevolando de modo intermitente las historias de estos tres hermanos, Daniel Kehlmann realiza un sobresaliente estudio sobre la condición humana, la aleatoriedad del destino y el (sin)sentido de una existencia alejada de autenticidad alguna. Como el engañoso mentalista que abre el primer capítulo de la novela, Kehlmann arroja su fascinante influjo narrativo sobre el lector mediante un estilo capaz de encontrar el equilibrio idóneo entre elocuencia, naturalidad y erudición, y le impide realizar cualquier movimiento que no sea el de seguir devorando las páginas. El resultado de tan arriesgado experimento literario (a veces un tanto pasado de rosca) es un caleidoscópico conjunto de escenas que remiten inequívocamente al puzzle cúbico de Martin en todo su colorido e indescriptible complejidad. Porque, aun siendo incapaces de resolverlo, no paramos de sucumbir una y otra vez ante su magnético reclamo.




Reseña "Aceptación"

jueves, 19 de febrero de 2015

Título: Aceptación
Autor: Jeff VanderMeer
Saga: Southern Reach #3
► Año: 2014
Editorial: Destino
Páginas: 432
Precio: 18.50 €

Control, el director de la agencia estatal Southern Reach, se dirige al Área X. Está convencido de que si descubre cuál es el misterio que se esconde más allá de sus fronteras podrá evitar que su naturaleza amenazante se propague. Pero una vez allí todas sus convicciones se desmontan. En pleno invierno y sin ninguna certeza a la que aferrarse, deberá remontarse hasta los orígenes del Área X y aquellos que la han habitado para resolver el enigma.


La lógica es una ciencia engañosa. No es certera, no da siempre en el clavo. La lógica nos dicta que toda consecuencia viene precedida por una causa, que el mundo se rige por reglas estrictas, cognoscibles y bien definidas, que no existen preguntas sin respuesta. Sin embargo, dentro del Área X no hay espacio para razonamientos convencionales ni dictados deductivos que hagan uso de mecanismos ordinarios. Esto es algo que los lectores de Southern Reach ya intuíamos desde el principio de tan apasionante trilogía (satisfactoria y frustrante a partes iguales), pero Aceptación supone la rotunda confirmación de que nuestra capacidad de dejar volar la imaginación es una herramienta que más vale tener engrasada. Jeff VanderMeer culmina aquí una historia absolutamente cautivadora y fascinante en un desenlace que no brilla precisamente por su efectividad a la hora de atar cabos. Sin embargo, como el propio autor indica en más de una ocasión a lo largo de la novela, de nada sirve elaborar una explicación sensata, coherente y sin fisuras de ningún tipo, cuando la realidad es que se carecen de los medios necesarios para ello (al menos sin traicionar el espíritu enigmático, onírico y siempre abierto a múltiples interpretaciones que desprende el resto de la trilogía).

En ese sentido, se puede afirmar casi con toda seguridad que Aceptación es un libro que decepcionará a una gran cantidad de personas. En especial, a todo ese tipo de lectores que no soportan vivir en la incertidumbre o que solo pretenden encontrar la solución del problema sin pararse a pensar en cuál es la mejor forma de resolverlo. Por eso, me atrevería a decir que Southern Reach está dedicada a quienes encuentran la recompensa no en la meta, sino en algún lugar intermedio del camino. A mí me ha parecido un cierre conceptualmente perfecto, dotado de una calidad literaria increíble y (des)estructurado de una forma que invita a redescubrir la historia del Área X desde su mismo origen, solo que con una perspectiva renovada y repleta de matices. Lejos de esa linealidad relativa presentes en Aniquilación y Autoridad, la historia de Aceptación está fragmentada hasta en el extremo tanto en términos de espacio y tiempo como en el tono empleado por los diversos narradores, de forma que asistiremos a lo largo de la novela a un -al principio- desconcertante trasiego de líneas argumentales bastante suculentas que, no obstante, no resulta nada complicado de seguir si prestamos la debida atención. De ese modo, hilando guiños y pequeños detalles salpicados por toda la obra, al final seremos capaces de reunir las piezas suficientes para darnos cuenta de que la imagen que componen es de una magnitud abrumadora e inabarcable. A pesar de ello, no deja de ser una completa delicia sumergirse en el asombroso universo creado por VanderMeer y dejarse arrastrar hasta sus más recónditos e incomprensibles recovecos para reflexionar en todas las cuestiones que pone sobre la mesa: identidad y consciencia de uno mismo, interacción con otras formas de inteligencia superior, la alienación producida por fenómenos que no podemos desentrañar o nuestra manera de comprender y de relacionarnos con un mundo que posiblemente estaría mejor sin nosotros en él. Y la más importante de todas: qué postura decidiremos adoptar cuando las circunstancias exijan nuestro posicionamiento definitivo. ¿Negar la paralizante incapacidad del ser humano para detener los estragos provocados por el Área X? ¿O abrazar una determinante y esclarecedora aceptación?



Reseñas breves [73-75]

lunes, 16 de febrero de 2015

Montauk, Max Frisch
DeBolsillo - 152 páginas - ★★

Puede que no fuera su faceta de escritor una inspiración puramente vocacional, pero lo cierto es que Max Frisch es considerado hoy día uno de los autores contemporáneos más influyentes de la literatura alemana. Producto de su larga trayectoria profesional e incluso vital nace esta novela experimental, de carácter autobiográfico y abiertamente estético en la que Frisch desmitifica un sinfín de escenas, imágenes y conversaciones aparentemente aleatorias que van desde lo anecdótico hasta lo trascendental. Narrada por un escritor famoso que se encuentra de gira promocional por Estados Unidos e inicia un apasionado romance con una empleada de su editorial, Montauk es una emotiva reflexión que versa sobre el amor, la amistad, el trabajo de escritor y la primacía del recuerdo frente a la extenuante vorágine del día a día. A lo largo de sus páginas, el narrador va desgranando los aspectos más relevantes de su vida con una nostalgia y melancolía palpables, amén de un refinado estilo que en ausencia de alicientes argumentales se acaba convirtiendo en la mejor parte de una historia demasiado peregrina para mi gusto. Salpicada de momentos realmente memorables, la obra del autor de origen suizo no consigue, sin embargo, trascender ningún tipo de experiencia literaria previa ni conmover por medio de sus hermosas e inconexas ideas. Para ser sinceros, no es que fuera la de Frisch una historia excesivamente emocionante.


La pandilla de Asakusa, Yasunari Kawabata
Seix Barral - 296 páginas - ★★½

Leer a Yasunari Kawabata siempre es un placer... pero a decir verdad, no es esta su novela más afortunada. De hecho, es una de las más tempranas y experimentales, una narración modernista y muy fragmentada que nos lleva a pasear por las sórdidas callejuelas del barrio de Asakusa (escenario de importancia fundamental en la vida del autor) en compañía de personajes rocambolescos y lugares de una belleza tóxica. Una de las cosas que más llaman la atención de esta obra es su carácter multidisciplinar, la gran variedad de narradores que parecen ir repartiéndose la historia por turnos y la aparente ausencia de un hilo conductor sólido que mantenga aglutinada la trama. Kawabata consigue capturar a la perfección el modo en que las bulliciosas y ajetreadas calles de Asakusa se disputan en todo momento nuestra atención mediante sus sonoros reclamos, desplazando el foco narrativo hacia un lado u otro a medida que surgen de entre sus resquicios diferentes personajes y anécdotas. Sí, La pandilla de Asakusa evidencia de manera prematura el inconfundible sello personal de Kawabata, pero también carece por completo de la complejidad, la resonancia estilística y las hermosas imágenes narrativas de otros trabajos posteriores como País de nieve, Lo bello y lo triste, Mil grullas o La casa de las bellas durmientes. Aún así, sigue siento una lectura no exenta de cierto encanto que los ya acostumbrados a la prosa de Kawabata sabrán reconocer en algún capítulo que otro. 


A ciegas, Josh Malerman
Minotauro - 288 páginas - ★★

Josh Malerman se presenta en el mundo editorial con una de las propuestas más atractivas y prometedoras que he tenido el placer de leer en mucho tiempo... y también una de las peor ejecutadas. Parte de un escenario opresivo y paranoico en el que un desconocido incidente de carácter viral está provocando que gente alrededor de todo el globo enloquezca sin razón aparente y decida atacar a otras personas o a sí mismas. Dicho fenómeno pasará con el tiempo a convertirse en objeto de especulaciones tan variadas como pintorescas, llegándose a la conclusión de que la mejor opción para evitar ponerse en contacto con el misterioso suceso (proveniente de no se sabe dónde) es ponerse una venda en los ojos de manera indefinida. De esta manera, Malerman va relatando el inquietante proceso de degeneración sensorial (y social) al que se ve sometido un pequeño grupo de personajes encerrados en una siniestra cabaña. La novela consta además de una línea temporal paralela que se desarrolla tres años más tarde y que está protagonizada por Malorie, una de las personas que residían en la mencionada cabaña, y sus dos hijos, a los que ha adiestrado de manera concienzuda (y bastante inverosímil, por qué no decirlo) para que sepan desenvolverse en el mundo inhóspito que les rodea sin tener que recurrir al sentido de la vista. Y poco más se puede contar de la novela porque poco más ocurre en ella. Aunque consta de algunos pasajes escabrosos y momentos bastantes logrados, la sensación general que transmite A ciegas no es ni mucho menos la de ser una novela de terror, sino más bien un pastiche pop de ideas recicladas y sustos de pacotilla que se sustenta única y exclusivamente en la poca información manejada por el lector (información que en última instancia revela ser de una inutilidad estupefaciente). 'Pasable' como poco, 'entretenida' como mucho; A ciegas es una novela estándar, básica, superficial, sin nada nuevo que ofrecer a pesar de su enorme potencial.



Reseña "Grasshopper Jungle"

domingo, 15 de febrero de 2015

Título: Grasshopper Jungle
Autor: Andrew Smith
Año: 2014
Editorial: Dutton Books
Páginas: 432
Precio: 10.99 $

Sixteen-year-old Austin Szerba interweaves the story of his Polish legacy with the story of how he and his best friend , Robby, brought about the end of humanity and the rise of an army of unstoppable, six-foot tall praying mantises in small-town Iowa.
To make matters worse, Austin's hormones are totally oblivious; they don't care that the world is in utter chaos: Austin is in love with his girlfriend, Shann, but remains confused about his sexual orientation. He's stewing in a self-professed constant state of maximum horniness, directed at both Robby and Shann. Ultimately, it's up to Austin to save the world and propagate the species in this sci-fright journey of survival, sex, and the complex realities of the human condition.


La de Andrew Smith es con toda seguridad una de las apuestas narrativas más valientes, excitantes y arriesgadas que se han publicado en nuestro país dentro de la literatura juvenil (y no ese bodrio inútil que es Prohibido). Mucha gente sucumbirá ante la tentación de ir corriendo a descalificar el tono subversivo, vulgar, grosero y deliberadamente repetitivo que con alarmante frecuencia emplea Andrew Smith a lo largo de Grasshopper Jungle, pero lo cierto es que estarán pasando por alto el valor de su arrolladora autenticidad y la inconfundible impronta de su estilo propio. Pero no adelantemos acontecimientos. La historia principal de Grasshopper Jungle (traducido en nuestro país por la editorial Hidra como Jungla de saltamontes) narra las desventuras de un trío adolescente sexualmente confuso que intenta sobrevivir a un extraño apocalipsis desatado por mantis gigantes mientras el resto de la ciudad permanece ajena a su inminente extinción. ¿Interesante o no? Sin embargo, la cantidad de hilos argumentales secundarios que surgen a partir de esa llamativa premisa resulta tan caótica como fecunda y consigue que te acabes replanteando el verdadero propósito de Andrew Smith a la hora de escribir esta novela. El propio autor describe mediante esta bellísima comparación la laberíntica estructura que sigue la obra:

I love how you tell stories. I love how, whenever you tell me a story, you go backwards and forwards and tell me everything else that could possibly be happening in every direction, like an explosion. Like a flower blooming.

Así, como una explosión, como una flor que se abre en todas direcciones, el protagonista, Austin Szerba, emprende una interesante labor de espeleología narrativa (a priori, imposible de realizar) que es más bien una reconstrucción fehaciente de todo lo que ha ido sucediendo de manera simultánea en aquellos lugares relacionados de un modo u otro con la horda de bichos antropófagos que están arrasando la pequeña ciudad de Iowa donde él mismo reside. Gracias a la ubicuidad artificial de Austin (característica que está muy bien explicada en la novela) conoceremos una gran multitud de historias, actuales o provenientes de otras épocas, que poco a poco irán revelando su conexión con la trama principal. Pero, lo que es aún más destacable, Grasshopper Jungle consigue retratar con lacerante franqueza los (a veces repulsivos, a veces incomprensibles) recovecos de la juventud y de sus inherentes impulsos sexuales, explorando abiertamente los deseos y curiosidades más perversos de los personajes mediante un lenguaje que sobrepasa lo explícito y roza lo morboso. Por eso, no es de extrañar que veamos al protagonista pensando constantemente en imágenes de índole sexual, besando a otro chico, haciendo un trío con su novia y su mejor amigo, frecuentando locales de dudosa reputación, palpando la textura de sus testículos o recreándose en fantasías de todo tipo. Aún así, más allá de su lado oscuro y sórdido, la novela de Smith es un magnífico estudio sobre el amor, la amistad y la identidad, sobre la pérdida de contacto con la realidad y la alienación que pudiera sucedernos a cada uno en circunstancias extremas donde no hay espacio para reflexionar en todos los cambios que se están produciendo a nuestro alrededor. En ese sentido, Grasshopper Jungle deja muy a las claras que no hacen falta peligrosas radiaciones nucleares, erupciones volcánicas ni gigantescas monstruosidades transgénicas para experimentar de primera mano el horror de ver el mundo enloquecer y desmoronarse hasta sus últimas consecuencias. Todos hemos tenido que lidiar con nuestro propio apocalipsis al entrar en la adolescencia.



Reseña "Los lanzallamas"

miércoles, 11 de febrero de 2015

Título: Los lanzallamas
Autora: Rachel Kushner
Año: 2014
Editorial: Galaxia Gutenberg
Páginas: 432
Precio: 22.00 €

Dos escenarios: el Nueva York de los años setenta, una ciudad sin dinero, despojada de su base industrial, llena de basura, cuyas áreas del centro se convirtieron en zonas abandonadas, llenas de artistas, delincuentes y adinerados en busca de emociones extremas; y la Italia de 1977, cuando la juventud se radicalizaba enfrentada a todo hasta llegar al terrorismo de las Brigadas Rojas.
Y una protagonista: una chica apasionada por las motos, que quiere ser artista y a quien todo el mundo traiciona.
Los lanzallamas comienza con un asesinato y acaba con una desaparición. Entre uno y otra, Reno, su protagonista, va dando bandazos entre preguntas incómodas sobre la libertad y el sentido de las cosas, el poder y la identidad, las graves consecuencias de las acciones políticas y el material insignificante con el que componemos nuestras vidas. Historia de amor y novela de formación a la vez, Los lanzallamas es una obra profunda y radical, fascinante y conmovedora que sigue relampagueando en la mente del lector meses después de terminada su lectura.


Con más o menos ímpetu, aquí todos hemos sido advertidos de los peligros que tiene jugar con fuego. Aprendemos a través de la experiencia que prender una llama puede provocar graves quemaduras; somos conscientes de su gran capacidad para hacer la materia desaparecer. En ese sentido, la segunda novela de Rachel Kushner es material de alto contenido inflamable. Finalista en el año 2013 del National Book Award, Los lanzallamas es una obra ardiente y explosiva, un festival de pirotecnia narrativa al que nadie en su sano juicio se atrevería a acercarse con una cerilla. Sin embargo, con frecuencia tendemos a olvidar que el fuego también renueva y purifica; que, adoptando ciertas medidas preventivas, el más virulento estallido puede convertirse en un hermoso e imponente espectáculo digno de admiración. Por eso, para sacar el máximo partido a la extraordinaria novela de Kushner, es necesario realizar ciertas aclaraciones previas: primero, que no estamos ante una novela convencional. No narra una historia, sino dos; varias más, quizá. No sigue los restrictivos dictados de una cronología habitual. No se deja domar fácilmente. De hecho, cualquier atisbo de normalidad y sentido común, el más mínimo rastro de similaridad que puedas establecer con otras novelas, es lo que menos tarda en arder entre las páginas de Los lanzallamas. Todo reducido a un humeante montón de cenizas.

Segundo, no has de fiarte por completo de lo que cuenta. Rachel Kushner juega constantemente con la verdad y la mentira, con la fantasía y el delirio, para configurar el relato global de un paisaje narrativo fragmentado hasta la médula. Y se divierte mucho con ello. Bajo el apasionado romance de su protagonista -una estudiante de Bellas Artes y enamorada de las motos apodada Reno- con un seductor activista italiano, subyace una auténtica plétora de historias que se bifurcan adelante y atrás en el tiempo como distintos focos de un incontrolable incendio. Así, a modo de extraña mezcla entre reconstrucción histórica y novela de iniciación, Los lanzallamas nos conduce por el rocambolesco y decadente escenario artístico de Nueva York a finales de los años 70, así como por las calles de una Roma agitada por las revueltas estudiantiles, cada vez más inclinadas hacia un radicalismo político casi imposible de contener. A lo largo de sus páginas irán desfilando una serie de personajes cada cual más fascinante y carismático que el anterior, entre los que destaca especialmente la joven Reno, una muchacha idealista, impetuosa y de carácter un tanto trágico cuya ingenuidad en el terreno amoroso le causará más de un quebradero de cabeza. Y es que el enorme talento de Rachel Kushner a la hora de escribir reside no solo en su capacidad para dotar a sus personajes de una fuerza y voluntad arrolladoras, sino también en la potencia y mordacidad de sus diálogos, en la facilidad que tiene para ir salpicando el relato de frases (o incluso párrafos) absolutamente memorables o en el extraordinario acompañamiento musical del que goza en todo momento la narración: rugido de motores, chillido de llantas sobre el asfalto, la vida que pasa a nuestro lado como un proyectil imparable a punto de explotar. El resultado, desde luego, no puede ser más brillante. Así que id a por Los lanzallamas. Sin reparos, sin titubeos, sin dudas ni contemplaciones. Toda esa dinamita no puede quedarse dentro.



Reseña "El marciano"

martes, 10 de febrero de 2015

Título: El marciano
Autor: Andy Weir
Año: 2014
Editorial: Ediciones B
Páginas: 408
Precio: 21.00 €

Seis días atrás el astronauta Mark Watney se convirtió en uno de los primeros hombres  en caminar por la superficie de Marte. Ahora está seguro de que será el primer hombre en morir allí. La tripulación de la nave en que viajaba se ve obligada a evacuar el planeta a causa de una tormenta de polvo, dejando atrás a Mark tras darlo por muerto. Pero él está  vivo, y atrapado a millones de kilómetros de cualquier ser humano, sin posibilidad  de enviar señales a la Tierra. De todos modos, si lograra establecer conexión, moriría mucho antes de que el rescate llegara.
Sin embargo, Mark no se da por vencido; armado con su ingenio, sus habilidades y sus conocimientos sobre botánica, se enfrentará a obstáculos aparentemente insuperables.
Por suerte, el sentido del humor resultará ser su mayor fuente de fuerza. Obstinado en seguir con vida, incubará un plan absolutamente demencial para ponerse en contacto con la NASA.


Tengo la sensación de haber leído esta novela bajo los azotes de una huracanada tormenta de polvo. De haber sufrido interferencias, oleadas de ruido blanco, un error fatal en la transmisión. Algo debe de andar funcionando muy mal en mis mecanismos receptivos cuando casi todo el mundo dice ver en esta novela una de las mayores aportaciones que se han hecho al género de la ciencia ficción en los últimos años y yo, por más empeño que le pongo, solo logro divisar los borrosos contornos de su supuesta grandeza. ¿Qué lugar en la historia puede ocupar una obra que aparta a un lado cualquier atisbo de espíritu especulativo, que se deja arrastrar por un esquema narrativo previsible y formulario, que pierde la complicidad emocional con el lector a pasos agigantados tal y como pierde combustible inútilmente una nave sin rumbo? Uno no muy distinguido, me imagino. No obstante, no hay por qué abortar misión antes de tiempo. No apretéis el botón rojo demasiado pronto. El marciano errante de Andy Weir guarda un par de trucos en la manga de su traje aeroespacial, unos cuantos movimientos inesperados que hacen del debut novelístico del escritor norteamericano un producto de entretenimiento bastante respetable, aun cuando falla en su propósito de hacerse destacar.

En primer lugar, El marciano se trata de una novela tremendamente adictiva. Y no en el sentido de ligera, rápida o vertiginosa. Al contrario, Andy Weir nos sorprende nada más empezar con un imponente mazacote de datos técnicos sobre campos como la ingeniería, botánica o el siempre interesante universo de las reacciones químicas que, si bien sorprende y estimula a un lector familiarizado con dichas materias, pudiera resultar demasiado agobiante para alguien primerizo por su exhaustiva minuciosidad. Abandonado en la superficie del planeta rojo por su compañeros de misión y dado en consecuencia por muerto, el protagonista de El marciano va anotando en distintas entradas de diario sus intentos desesperados de sobrevivir en un entorno tan extremo y hostil mientras trata de hallar un modo con el que ponerse en contacto de nuevo con la Tierra. Y es sobre todo esa componente de máximo riesgo que nunca nos abandona y ese ritmo -casi taquicárdico- propio de una novela de aventuras lo que hace de El marciano una lectura indudablemente absorbente y entretenida (en su mayor parte). Sin embargo, esta característica, en principio positiva, acaba convirtiéndose en una espada de doble filo al no saber el autor dosificar las consecuencias de cada nuevo giro y de cada nuevo imprevisto, dando al final la sensación de que el náufrago intergaláctico de Weir nunca llega a estar en verdadero peligro. Hablando por cierto del protagonista, es este momento de confesar que pocas veces he tenido el placer de sufrir el incesante martilleo de una voz narrativa tan irritante y sobreactuada. Para ser un personaje que aguanta tanto peso dentro de la trama, Mark Watney es un tipo de lo más cargante y ni siquiera goza de una caracterización profunda (parece que solo le gusta contar chistes fáciles y poco más), sino que se limita a resolver con una desapasionada frialdad los problemas de índole logística que se le van presentando. Y el final... dios mío, qué final tan apresurado y anticlimático. Una conclusión buenrollista, tan esperanzadora como inverosímil, que viene a ensalzar... ¿qué? ¿La bondad ontológica del ser humano? ¿La necesidad de crear un programa espacial cooperativo que involucre a todas las naciones del mundo? No lo sé, en realidad. Supongo que será otra de las cosas que se me han quedado colgadas de esta novela, de este Robinson Crusoe made in NASA que sin duda alguna podría haber dado mucho más de sí.



IMM 59#

domingo, 8 de febrero de 2015




Lo sé. Lo reconozco. Llevo durante mucho tiempo viviendo inmerso en una especie de lapsus necesario, un período sabático durante el cual he decidido prescindir del estímulo visual al que por aquí estábamos todos acostumbrados. Han pasado dos meses desde la última vez que hice inventario de mis adquisiciones literarias, pero lo cierto es que ahora tengo material suficiente como para resarcirme y publicar de un solo golpe varias ediciones de esta veterana sección. Sin embargo, no voy a hacerlo. No, no voy a transigir. No voy a tirar por la borda toda esa contención que tanto trabajo me ha costado cultivar. No quiero acaparar vuestra valiosa atención con toneladas de libros bonitos o con párrafos repletos de frases rimbombantes. No os quiero ruborizar en público ni haceros tartamudear. Así que no esperéis encontrar gran cosa. Al menos, no todavía. Pues, como se suele decir, esto no ha hecho más que empezar:




1. Las buenas intenciones, Amity Gaige: Aunque poco elegante, darse a la fuga es solo otra forma de afrontar los problemas. Huir, perderse, evaporarse, desaparecer. Todo está permitido si se persigue una buena causa. Nada es reprochable si en realidad lo que cuenta es la intención con que se hace. Al menos, ese es el argumento que esgrime en esta aclamada novela la escritora norteamericana Amity Gaige, quien ha realizado un desesperado y emocionante viaje por la memoria en el que su protagonista narra, ya desde la cárcel, los motivos que lo condujeron a transgredir la ley secuestrando a su propia hija.  

2. Pista negra, Antonio Manzini: La colección Salamandra Black va creciendo poco a poco con títulos que no solo conforman una apuesta coherente y sólida, sino que parecen ir incrementando en calidad sin ningún tipo de obstáculo. El cuarto componente de este sello es el primero de los casos protagonizado por el subjefe de policía Rocco Schiavone, personaje caracterizado -según dicen- por su irresistible carisma y su inteligencia supina. 




3. Pastoral americana, Philip Roth: Alguien debería consultar cuál es el mayor número de libros escritos por Philip Roth que alguien tiene en casa sin leer porque existen posibilidades bastante amplias de que el próximo año veáis mi cara estampada en el Libro Guinness de los Records. Afortunadamente, Pastoral americana es el título escogido por los integrantes del Man Pulitzer Book Award para leer durante el mes de febrero, por lo que ya tengo excusa perfecta para estrenarme con la obra de un autor que comparte con Murakami la desdicha de ser eterno candidato al Nobel. 

4. Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, David Foster Wallace: O cómo un gigantesco crucero de recreo puede convertirse en la mayor pesadilla lúdica de toda la historia y de paso servir como inspiración para el afilado y subversivo intelecto del escritor norteamericano que más está rentabilizando su trágico fallecimiento. Sea como sea, Foster Wallace es siempre una apuesta segura, y teniendo en cuenta que me he embarcado en un proyecto para leer toda su obra en 2015, la adquisición de este ejemplar estaba más que confirmada.




5. Vampiros y limones, Karen Russell: Sin duda, una de las mejores y más estimulantes colecciones de relatos que he leído en mucho tiempo. La fértil imaginación de Karen Russell es un descontrolado tiovivo de luces y colores donde las ideas más extravagantes se ponen a dar vueltas y más vueltas hasta adquirir un carácter de lo más retorcido. Ocho cuentos extraordinarios que ahondan en lo cotidiano y hablan de la naturaleza humana a través de criaturas mitológicas. Sencillamente imprescindible.

6. El libro de Jonah, Joshua Max Feldman: El primer asteroide de 2015 cae con rotundidad sobre la ciudad de Nueva York y sus tempestuosos vendavales empresariales. Joshua Max Feldman debuta con una divertida fábula de resonancias bíblicas en la que su protagonista trata por todos los medios de sobrevivir en un mar plagado de tiburones mientras una serie de alucinaciones amenazan con convertirlo en una especie de profeta moderno. ¿Puede tener mejor pinta? No lo creo.




7. Asedio y tormenta, Leigh Bardugo: Sombra y hueso es una novela que me gustó mucho y de la que guardo un recuerdo casi impecable. Me lo acabé prácticamente de una sentada y además figura entre mis mejores lecturas de 2013, así que era de esperar que acabara comprando su continuación, ambientada en el mismo universo oscuro, tétrico y de evidentes influencias soviéticas que su predecesora. Si se parece en algo a la primera parte, Asedio y tormenta promete estar plagada de acción, magia, aventuras y criaturas fantásticas, combinación irresistible donde las haya.

8. Seraphina, Rachel Hartman: Justo cuando pensaba tener superada la etapa de los dragones, va Nocturna y publica este libro extraordinariamente bonito que ha hecho reavivar el fuego de dichas criaturas legendarias. En su interior, Rachel Hartman nos descubre un fascinante universo donde dragones y humanos conviven en una frágil tranquilidad... situación que está a punto de cambiar cuando la joven protagonista descubra que un miembro de la familia real ha sido asesinado. 




9. Lo que dijo Harriet, Beryl Bainbridge: Si hay algo que me impulsa irremediablemente a poner la mirilla sobre un cierto libro es que este lleve puesto encima la etiqueta de 'controvertido'. Siento una terrible e insana fascinación -restringida al ámbito literario, eso sí- por temas que el más común de los humanos no dudaría en describir como sórdidos, desagradables o repulsivos. Lo siento, no lo puedo evitar. Por eso, teniendo en cuenta que Lo que dijo Harriet reúne todos esos calificativos y que incluso tuvo dificultades en su época para ser publicado, me resultaba inconcebible pasar por alto esta inquietante novela basada en un caso real de dos niñas que seducen a un hombre mayor y acaban siendo cómplices de un horrible crimen.

10. El Levante, Mircea Cărtărescu: No creo estar equivocado cuando digo que Cărtărescu es el escritor rumano de mayor trascendencia en nuestro país. Al buen puñado de obras que ya tiene editadas en España por la editorial Impedimenta, este mes se une El Levante, una ambiciosa epopeya de resonancias homéricas y deudora del Ulises de Joyce que realiza un interesante recorrido por la historia de la literatura rumana. 




11. La trama nupcial, Jeffrey Eugenides: Aunque al principio sea duro de asimilar, todos los indicios señalan que existe una regla de proporcionalidad inversa entre la calidad de un novelista y el número de obras que tiene publicadas. Pensad en Jeffrey Eugenides. Pensad en Donna Tartt. ¿Es casualidad que en ambos casos el lanzamiento de cada obra se produzca con la frecuencia de una conjunción astral? ¿Tiene cualquier otro escritor la capacidad de provocar taquicardias, desmayos y sudoraciones incontrolables con tanta facilidad? Lo dudo mucho. Por eso, no es de extrañar que cada nuevo título que saca Eugenides al mercado sea recibido con los honores propios de un héroe militar. No te sientas raro si al coger uno de sus libros notas que todo gira más rápido a tu alrededor, si todo te aísla. No eres el único que oye un tímido susurro provocado por el roce de sus páginas; una suave e hipnótica voz que suplica: quédate. A sus órdenes, señor Eugenides. 

12. Franny y Zooey, J.D. Salinger: No hay nada mejor en esta vida que ser adolescente, estar enfurecido y leer a Salinger. El autor norteamericano ejemplifica de manera perfecta ese tipo de escritor del que habla Holden Caulfield en El guardián entre el centeno, de esos a los que te gustaría poder llamar 'amigo' y telefonear cuando más quisieras. Porque sí, porque Salinger sabe captar con una asombrosa economía de recursos la rebeldía intrínseca, la apasionada dedicación con que se puede acometer una tarea, la disconformidad universal, las irritantes contradicciones y las preocupaciones vitales que todos hemos experimentado de manera u otra. Y a lo largo de esta obra, que es en realidad una combinación de relato y novela corta estrechamente relacionados entre sí, Salinger demuestra una vez más su incontestable genialidad mediante personajes inolvidables, diálogos brillantes y escenas teñidas de una sobrecogedora angustia. 


 
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